Confesión: ayer perdimos la esperanza.
Durante todo un día.
Nos despertamos, leímos comentarios de odio desagradables y dejamos que nos afectaran. Durante un día entero, nos sentimos desesperanzados. No podíamos imaginar un mundo donde pudiéramos ser nosotros mismos. Un mundo donde estuviéramos protegidos. Un mundo donde fuéramos iguales.
Veíamos el mundo a través de una lente oscura. Sin luz. Una turba furiosa que nos odiaba, quería borrarnos y nos deseaba la muerte. Por un momento, les dejamos creer que tenían razón.
Pero hoy encontramos nuevamente nuestra esperanza.
Pasamos horas reflexionando sobre qué hace a nuestra comunidad tan poderosa. Creamos un divertido carrusel social sobre los eventos del Orgullo en todo el mundo, y nos recordó: hay tanta alegría, resiliencia y fuerza en ser quienes somos. Hay innumerables celebraciones de la individualidad, la diversidad y la resistencia en todo el mundo. Honran nuestra historia, conmemoran nuestras luchas y nos recuerdan por qué luchamos.
Ser queer no es exclusivo de Estados Unidos ni de su política. Ser queer es universal. Nuestro amor, nuestra alegría, nuestra cultura, se extienden a través de continentes e idiomas. Pertenecemos a una comunidad global de soñadores, luchadores y sobrevivientes que se niegan a ser silenciados.
El mundo puede parecer oscuro a veces, con personas viles (y sus partidarios) que esparcen odio, intentan despojarnos de nuestros derechos y nos incriminan como "los otros". Pero su poder es temporal. Su odio no puede eclipsar nuestro amor. Puede que ocupen cargos, pero nos apoyamos mutuamente.
No podemos dejar que ganen. Nuestros antepasados queer no se rindieron cuando allanaron el Stonewall Inn. No se rindieron cuando los gobiernos ignoraron nuestra existencia. No se rindieron ante el odio, el miedo y la violencia. En cambio, salieron a las calles. Marcharon. Protestaron durante días, meses, años. Contraatacaron, y gracias a ellos, hoy estamos aquí.
La esperanza es nuestra herencia. La esperanza es nuestro poder. La esperanza no calla.
Haremos mucho ruido. Nos defenderemos. Nos amaremos sin complejos. Nos apoyaremos mutuamente. Y sobreviviremos.
Este es un llamado a la acción para todos. Pongámonos en el lugar de nuestros ancestros queer y sigamos adelante con su lucha. Celebremos quiénes somos, no solo durante el Orgullo, sino todos los días. Seamos un faro de luz para quienes se sientan desesperados.
Seguimos aquí. Seguimos luchando. Y juntos, somos imparables.